Se trata de la miopía, un problema en la visión que hace que no veamos correctamente a lo lejos y necesitemos usar lentes correctoras para casi cualquier cosa.
La miopía es un defecto en la longitud axial del ojo, lo que provoca que la imagen que entra no se proyecte adecuadamente detrás de la retina y se desenfoquen.
Los rayos que entran al ojo deben atravesar la córnea y el cristalino y cruzarse exactamente sobre la retina, si se cruzan o antes o después se verá desenfocado y o tendremos miopía o hipermetropía (visión borrosa de cerca)
Los que la padecen ven mal a lo lejos, aunque desde muy cerca sí que vean mejor, por ejemplo al leer el móvil o escribir. Dependiendo del grado de dioptría que tenga, es posible que tan sólo necesite gafas para ver la tele a lo lejos o conducir, pero si que pueda usar un ordenador o escribir, o las necesite prácticamente para todo porque tan sólo los centímetros que hay desde sus ojos hasta la pantalla de un ordenador son suficientes para no poder ver enfocado.
Esto se manifiesta desde niños, con el crecimiento del ojo podrá ir aumentando hasta que, alrededor de 21 años, nuestro ojo haya terminado de crecer. Por eso es muy común que desde niños haya que estar cambiando de gafas cada cierto tiempo porque la diptría aumenta y las gafas que usaban dejan de ser suficientes.
En la escuela podrán notar como entornan los ojos para ver mejor, o no ven la pizarra desde ciertas distancias.
Para corregirlo, comúnmente se pueden usar gafas o lentes de contacto, pero alcanzada la madurez del ojo cualquiera puede optar por someterse a cirugía ocular.
Las cirugía ocular para corregir la miopía más común es el láser. Esto consiste en mediante un láser se pule la córnea hasta darle una forma que permita enfocar bien al paciente. Esta cirugía no suele presentar complicaciones y en una semana o 10 días el paciente suele estar completamente recuperado.
También, en ocasiones, cuando se considera que la operación por medio del láser no es la más adecuada para el paciente ya que sus corneas pueden presentar menos dureza de lo habitual se puede recurrir a otro tipo de cirugía algo más compleja pero igualmente efectiva y duradera.
Esta otra cirugía consiste en la implantación de una lente intraocular entre la córnea y el iris de forma que hace como de "lentilla" pero dentro del ojo. Esta lente ya no se quita ni se mueve, y puede permanecer perfectamente ahí toda la vida. La efectividad y el resultado puede ser igual o incluso mejor que el del láser, y el postoperatorio es menor ya que la lente se ha introducido mediante un agujero minúsculo y la recuperación es más rápida.
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