miércoles, 2 de marzo de 2016
¿Por qué lloramos al cortar cebolla?
En Granafarma sabemos que muchos nos hemos preguntado alguna vez por qué lloramos al cortar cebolla, qué nos hacen las cebollas para que se nos salten las lágrimas...
En esta gran pregunta que cualquier persona se ha hecho alguna vez en su vida entran dos factores en juego lógicamente: los ojos, más concretamente las glándulas lacrimales, las encargadas de crear las lágrimas; y la propia cebolla.
Pero vamos a hablar primero de las lágrimas.
Nuestros ojos tienen una glándula cada uno llamadas glándulas lacrimales, las cuales crean y liberan a la superficie de nuestros ojos y fluido, formado principalmente por agua y una pequeña cantidad de sal disuelta, por eso las lágrimas son saladas.
Una pequeña curiosidad: se a comprobado que la salinidad que contienen las lágrimas es, aproximadamente, la misma que la salinidad que contienen los océanos.
Además de estos dos principales ingredientes, nuestras lágrimas contienen lisocima, un antibiótico y anticuerpo para proteger nuestro ojo de agresiones externas.
Y ésa es, básicamente, la principal función de las lágrimas, proteger nuestros ojos, mantenerlos húmedos, lubricados y en perfectas condiciones.
Entonces, ¿qué ocurre cuando un cuerpo extraño entra en nuestro ojo?
Nuestro cuerpo intenta eliminarlo usando las lágrimas, las cuales arrastran el polvo o cualquier sustancia irritante diluyéndolas y expulsándolas de nuestros ojos.
¿Y la cebolla?
El por qué la cebolla nos hace llorar fue descubierto hace poco, exactamente en 2002.
Cuando la cebolla está entera no supone ningún problema para nuestros ojos, pero al cortarla, el cuchillo rompe una gran multitud de células y sus fluidos se derraman entrando en contacto con el aire.
Éstos fluidos celulares están cargados de sustancias químicas, entre ellas se descubrió una enzima, la cual desencadena una serie de reacciones químicas que transforman los aminoácidos celulares en productos distintos y durante éste proceso se genera una sustancia volátil rica en azufre y la cual se queda impregnada en el aire.
El resto del por qué nos lo podemos imaginar...
Éste gas impregnado en el aire entra en contacto con el agua que mantiene nuestros ojos continuamente húmedos, produciéndose una combinación química, la cual da como resultado sustancias tales como el ácido sulfúrico y propanol entre otras.
El ácido sulfúrico es irritante y nuestros ojos se defienden de él intentando diluirlo añadiendo más lágrimas.
Por eso lloramos tanto cuando cortamos cebolla.
Pero, ¿qué podemos hacer para evitarlo?
Se puede humedecer la cebolla con agua y mantenerla húmeda mientras se corta o respirar por la boca para evitar que los vapores lleguen a nuestros ojos, lo cual no solucionará del todo el problema, pero ayudará.
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